Saltar al contenido Saltar al pie de página

La ansiedad es una emoción secundaria al miedo. El miedo es una emoción primaria y universal (junto con el asco, la ira, la felicidad o la tristeza) y su función es protegernos del peligro. La activación de la ansiedad nos invita a huir o enfrentar una amenaza, por lo tanto, esto no puede ser malo… o al menos de entrada no debería, ¿no te parece?

Imagínate que vas a cruzar la calle y de repente ves un coche a punto de atropellarte… ¿Verdad que te va a ayudar activar aquí la ansiedad?, no es mala de por sí, es nuestro cuerpo que nos protege y genera esa respuesta de activación fisiológica, cognitivo y conductual para sobrevivir, asegurando así tu supervivencia y la de la especie.

Pero como ya sabes, cada persona es un mundo y cada uno tiene una sensibilidad determinada ante los peligros; ya sea por aprendizajes del pasado, por rasgos de personalidad, por situaciones que nos sobrepasan hoy y no tenemos conciencia de ello (o no sabemos cómo abordarlas), o por un sistema cognitivo (ósea de pensamientos) que nos llevan a pensar de forma poco funcional sobre lo que nos pasa, provocándonos poca capacidad para manejar la ansiedad (esto se trabaja en las sesiones).

La ansiedad es la respuesta de nuestro organismo que se manifiesta a partir de algunos de estos síntomas: palpitaciones, taquicardias, presión en el pecho, nervios en el estómago, dolor de cabeza, inestabilidad, sensación de mareo, insomnio, pensamientos intrusivos, problemas para respirar, sudoración, temblores, náuseas, entumecimiento de los músculos del cuerpo, sensación de “volverme loca” y de perder el control, hormigueo…

El problema viene cuando se vive bajo la ansiedad, interfiriendo en tus actividades cotidianas y suceden en momentos “fuera de peligro aparente” (por ejemplo, tomando el sol, paseando con una amiga, descansando en la noche antes de ir a dormir, estudiando, trabajando, etc.).  Es como si se hubiera “desajustado” el baremo del peligro y ya todo te activa… pasó de ser una voz de alerta que nos ayuda a que nos cuidemos, a un potente malestar emocional en el que todo es cada vez más y más grande, con mucho ruido mental en forma de pensamientos veloces, provocándote una mente agitada y ansiosa.

¿Cómo se regula? Entendiendo que tu cerebro pretende ayudarte, que él nos quiere explicar algo sobre ese momento ansiógeno, y hay que descubrir que es. Te viene bien confiar en ti, en tu sabiduría, en tu camino, en la vida y en las decisiones que tomas, viviendo en el presente desde la calma, priorizando tu autocuidado.  Te animo a vivir conscientemente en el aquí y ahora que es el único momento real que tenemos, es un regalo y por eso se llama presente. 

Si ya estás practicando vivir en el presente, te felicito y te animo a seguir en ese camino, y si quieres que te acompañe a entender mejor tu ansiedad, te felicito por animarte a escucharte en terapia, ¡es la mejor forma de conocerte a ti mismo/a!, ¡Puedes escribirme un WhatsApp, suelo contestar rápido!. Si prefieres reservar tu cita online puedes hacerlo aquí. ¡Cuidate!

Deja un comentario

Este sitio esta protegido por reCAPTCHA y laPolítica de privacidady losTérminos del servicio de Googlese aplican.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Nuestro sitio utiliza cookies. Más información sobre nuestro uso de cookies: Política protección de datos