Y al igual que el resto de emociones, la ira también tiene su función… que vuelve a ser protegernos, a veces es necesario sentirla, pero a veces no…. Y en las ocasiones en las que no hace falta nos descontrolamos y…. EXPLOTAMOS
De momento lo que he dicho ya lo sabías, ¿verdad?
¿La ira te invade? ¿Sabes enfadarte bien?
Te cuento más… la ira es una emoción que actúa como defensa hacia nuestra persona, parece que actúa para destruir todo lo que se le pasa por delante, pero en realidad nos protege a nosotros.
Y entonces, ¿cuál es el problema?
Pues que, si te descontrolas con la ira, es posible que estés tapando alguna otra emoción que no te apetece sentir, puede ser una tristeza enorme, una culpa terrible o cualquiera que a ti te remueva (ya sabes a cada uno le resuena lo suyo). La ira es excelente “tapadera” porque al ser tan escandalosa es imposible ver nada más… dificultando su resolución porque como voy a resolver lo que no sé qué me pasa, ¿no?
Ah, y para rematar, la ira sale cuando sale, con personas que nada tienen que ver (o. a veces sí) en lugares que no toca (por ejemplo, en el trabajo con el compañero que además siempre te echa un cable…) en fin, que conviene sentarse y revisar esa ira, de donde viene, qué función tiene para ti y que es lo que está queriendo tapar para que no sintamos….
Si quieres que te acompañe en esa gestión de la ira para que dejes de evaporarte o hervirte por dentro cuando menos te lo esperas, contáctame y nos ponemos a trabajar en ello.
Puedes escribirme cualquier duda que te surja por WhatsApp, ¡suelo contestar bastante rápido!. Si prefieres reservar tu cita online puedes hacerlo aquí. ¡Cuidate!