Es habitual llegar a consulta explicando que revivimos sucesos del pasado, que la cabeza se va continuamente a ese momento y entonces llegan preguntándose si tendrán estrés posttraumatico.
Yo creo que tengo un trauma, ¿o no?
Cuando me hacen esta pregunta me gusta explicar que el trauma se genera cuando el cerebro no puede procesar tanta información que le supera en ese mismo momento. El trauma es un estado negativo de la mente en el que se atascan cierto tipo de vivencias. Algunas situaciones traumáticas pueden ser enfermedades graves, desastres naturales, ataques o maltratos de cualquier tipo. A partir de aquí, si la persona siente que se le atasco algo que no pudo procesar, se trabaja con resultados favorables.
¿Qué características engloban al trauma?
- Hechos inesperados que irrumpen de forma contundente en nuestras vidas.
- Eventos extraordinarios que no forman parte de tu “semana estándar” y con los que no estamos familiarizados.
- Alta carga emocional y sensación de desbordamiento mental.
- Rompen nuestra percepción de control ante el día a día.
¿Entonces, todos hemos sufrido algún trauma?
Lo más probable es que todos hayamos vivido situaciones traumáticas, porque a lo largo de nuestra vida habremos perdido algún ser querido o habremos estado expuestos a situaciones que nos han generado mucho malestar y nos hayan superado. Sin embargo, no todas esas vivencias generaran ese atascamiento, ya que el cerebro puede resolver el trauma por si mismo, sin ayuda de terapia.
En otras ocasiones, cuando la situación nos ha superado, ordenar y desmenuzar el trauma será reconfortante para la persona.
La sintomatología que genera estas heridas sin procesar en nuestro cerebro se relaciona con ansiedad, irritabilidad, reexperimentar aquello que ocurrió de forma habitual, evitar situaciones, personas o lugares que nos recuerden con lo que paso.
A veces el trauma se genera a partir de situaciones como falta de cuidado en la infancia, no se trata de un día que paso algo grave, si no de una situación continuada en el tiempo que nos hizo daño y no pudimos gestionar.
Si te sientes identificado/a con lo que has leído y crees que puedes estar atascado con alguna vivencia del pasado o de tu presente, te envío mucha calma porque hay solución. El cerebro tiene la capacidad de moldearse y la resiliencia es una fortaleza que puedes trabajar. Con la terapia EMDR podrás volver al pasado y al presente sin sentirte activado por ello. Conocer nuestra historia es vital para cualquier proceso terapéutico.
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